Tom Homan, recientemente nombrado por Donald Trump como su “zar de la frontera”, es una figura destacada en el ámbito de la seguridad migratoria en Estados Unidos.
Exdirector interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Homan ha sido un defensor firme de políticas migratorias estrictas, ganándose tanto elogios como críticas a lo largo de su carrera.
Homan comenzó su trayectoria como policía en Nueva York, pero su carrera tomó un giro hacia el ámbito migratorio en 1984, cuando se unió al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), la agencia que antecedió al ICE.
Desde entonces, ocupó diversos puestos en la patrulla fronteriza, ascendiendo en la jerarquía hasta ser nombrado director asociado ejecutivo de la división de deportaciones del ICE en 2013 durante el mandato de Barack Obama.
En este cargo, supervisó un incremento significativo en las deportaciones, lo que le valió el Presidential Rank Award, el mayor reconocimiento para funcionarios civiles.
Bajo la administración de Trump, Homan asumió como director interino del ICE en 2017, consolidándose como una figura central en la política de “tolerancia cero”.
Es conocido por ser uno de los arquitectos de la controvertida estrategia de separación familiar en la frontera, diseñada para disuadir la migración irregular. Aunque defendió esta medida como una herramienta efectiva, también generó una ola de críticas por las condiciones en que miles de niños fueron separados de sus familias.
A pesar de dejar su cargo en 2018, Homan se mantuvo activo como comentarista en medios conservadores y colaborador de la Heritage Foundation, un influyente think tank. Desde allí, contribuyó al desarrollo de propuestas como el Proyecto 2025, una polémica iniciativa para endurecer aún más las políticas migratorias.
Con su nombramiento como “zar de la frontera”, Homan liderará lo que se perfila como la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, con un enfoque en mantener la unidad familiar durante el proceso y priorizar la expulsión de personas con antecedentes penales. Sin embargo, expertos cuestionan la viabilidad de sus planes debido a los altos costos y el impacto económico que podrían tener en sectores dependientes de trabajadores indocumentados.
Firme en su postura de “tolerancia cero”, Homan promete continuar siendo una figura central en el debate migratorio, con su experiencia y visión marcando el rumbo de las políticas de la administración Trump en esta área.