Lo que comenzó como una noche más de entrega y música terminó en una de las escenas más comentadas de la gira “Huracán Ambulante” del cantante español Enrique Bunbury. El artista interrumpió su presentación en la capital ecuatoriana para reprender enérgicamente a un fan que pasó casi todo el espectáculo grabando con su celular desde primera fila, algo que ha pedido evitar en múltiples ocasiones.
“Todo el puto concierto con la puta cámara grabando el puto concierto”, exclamó visiblemente molesto, tras detener la interpretación. “Seguro que hay mucha gente que querría estar ahí, disfrutando, conectando, participando del concierto…”, añadió, en una mezcla de rabia y decepción.
La escena, paradójicamente, fue captada en video y se ha hecho viral en redes sociales. La banda detuvo la música y Bunbury, en tono serio pero contenido, reclamó respeto por su trabajo y por la experiencia en vivo:
“Ustedes dejan de participar por tener un teléfono, incomodan y hacen que el concierto sea peor”, lanzó a los presentes, generando un ambiente tenso pero también de comprensión, que derivó en aplausos de apoyo.
La situación lo sacó completamente de concentración. Tras unos segundos de silencio y sin ocultar su incomodidad, dijo:
“Siento que hayamos tenido que parar, pero es una canción en la que tenemos que estar concentrados, y a mí me han sacado completamente del momento”. Acto seguido, dejó la guitarra y aparentemente abandonó el escenario, como muestra el final del video.
Bunbury, conocido por su aversión a las redes sociales y su escepticismo hacia la tecnología, ya había advertido al inicio de esta gira:
“Van a ser solo 15 conciertos, pero los vamos a vivir como la gran ceremonia que la música en vivo debe ser. Una petición, si hace falta de rodillas: limiten el uso de los celulares y vivan la experiencia. No se arrepentirán”.
Tras superar problemas de voz que lo llevaron a anunciar una retirada definitiva en 2022, el exlíder de Héroes del Silencio volvió a los escenarios con una gira limitada por México, Centroamérica, Sudamérica y dos fechas finales en Estados Unidos. Pero su regreso ha dejado claro que su forma de entender la música en vivo no tolera intermediarios tecnológicos.
A sus 57 años, Enrique Bunbury sigue apostando por la autenticidad, sin marketing, sin fórmulas, y —como demostró en Quito— sin filtros.
Infobae